RADIO FE LATINA

Hijos de la Virgen Santisima que se acercan a esta Casa de Maria.

Todos estamos llamados a ser SANTOS

"Todos los seres humanos están llamados a la santidad que, en última instancia, consiste en vivir como hijos de Dios, en esa “semejanza” a Él, según la cual, han sido creados. Todos son hijos de Dios, y todos tienen que llegar a ser lo que son, a través del camino exigente de la libertad».
(S.S. Benedicto XVI, 1 de noviembre de 2007)

sábado, 23 de enero de 2010


Los tiempos son distintos en el Cielo, no tienen punto de comparación con lo que ocurre en la tierra. Pero Dios desarrolla Su plan dentro de los tiempos de los hombres, poniendo Su mensaje aquí y allá, marcando el rumbo que debe seguir la historia, a través de Sus manifestaciones y mensajes.

4 comentarios:

  1. “Con la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo al Cielo, mediante un acto único entregó a todos los pueblos a Miriam o María, como ”la Señora de todos los Pueblos”. Al decir estas palabras “Mujer, ahí tienes a tu hijo, hijo, ahí tienes a tu Madre”, con esta declaración, Miriam o María recibió este nuevo título. ¿Por qué sólo hasta ahora aparece el título de “Señora de todos los Pueblos”?. Porque el Señor lo tenía reservado para estos tiempos. Los dogmas proclamados con anterioridad tenían que precederlo, de igual manera que su vida terrena tuvo que preceder a ser declarada la Señora de todos los Pueblos. Todos los dogmas anteriores abarcan la Vida y la Asunción de la Señora” (5 de octubre de 1952).

    María se presenta con este título como Madre de toda la humanidad, como la Pastora de todos nosotros. Esta concesión de Dios hacia tan graciosa Criatura debe llenarnos de amor y orgullo, por ser hijos de la propia Madre de Dios.

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  2. Entonces la Señora me dice: “Reza ante la Cruz”:

    Señor Jesucristo,
    Hijo del Padre,
    manda ahora Tu Espíritu sobre la tierra.

    Haz que el Espíritu Santo habite
    en el corazón de todos los pueblos,
    para que sean preservados de la corrupción,
    de las calamidades y de la guerra.

    Que la Señora de todos los Pueblos,
    que un día era María,
    sea nuestra Abogada.

    Amén

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  3. María pide el quinto dogma Mariano

    A la fecha la Iglesia ha proclamado cuatro dogmas Marianos:

    Ella es (1) Madre de Dios y (2) Siempre Virgen. Ella fue (3) Inmaculadamente Concebida y (4) Asunta al Cielo, habiendo sido el último dogma proclamado el de la Asunción: en 1950 el Papa Pío XII nos dio esta enorme alegría a quienes amamos a María.

    Pero falta proclamar un dogma, el quinto, el último y más importante, porque es el que une indisolublemente a la Madre con el Hijo. La Iglesia tuvo que esperar a que la escena estuviera preparada para un dogma relativo a la función o rol de María en el trabajo de la salvación, bajo el triple nombramiento de Corredentora, Mediadora y Abogada. Sin dudas que éste, y no otro, es el tema central de los mensajes de Amsterdam: la Señora habla de esto por primera vez poco después de haber enseñado la oración al Espíritu Santo.

    “Yo estoy de pie aquí y deseo ser la Señora de todos los Pueblos, no sólo de un determinado pueblo, sino de todos. Ahora te voy a explicar de nuevo algo, pero escucha con atención. Trata de comprender el significado del contenido de este mensaje. Yo estoy de pie ante la Cruz, con la cabeza, las manos y los pies como los de un ser humano. Mi cuerpo, en cambio, es como salido del Espíritu. ¿Por qué estoy así?. Mi cuerpo fue llevado al Cielo, como el de mi Hijo. Ahora me encuentro ofreciendo ante la Cruz, porque yo he sufrido con mi Hijo espiritualmente y también, de un modo especial, corporalmente. Este será un dogma muy combatido”.

    Ida manifiesta temor de transmitir este mensaje, por lo cual María le dice:

    “Hija, comunica esto y di que con este dogma se concluyen los dogmas Marianos. Ya lo he dicho: la Teología debe hacer paso a los asuntos de mi Hijo. Con esto quiero decir: teólogos, el Hijo va buscando lo pequeño y lo sencillo para Su obra. ¿Creéis vosotros en lo pequeño y lo sencillo, que vosotros enseñáis a los demás?. ¡Creed con sencillez!. No podemos esperar mucho más tiempo. Este tiempo es nuestro tiempo” (1 de abril de 1951).

    Muchas veces volvió María a hablarle a Ida sobre la importancia de este nuevo dogma, y su contenido, como el 2 de julio de 1951:

    “Como Corredentora, Mediadora y Abogada estoy de pie sobre el mundo ante la Cruz del Redentor. Por la Voluntad del Padre el Redentor vino al mundo, para esto el Padre se sirvió de la Señora. Por lo tanto, el Redentor recibió de la Señora solamente –y subrayo la palabra “solamente”- la carne y la sangre, es decir, Su Cuerpo. De mi Señor y Maestro, El Redentor recibió Su Divinidad. De esta manera, la Señora se hizo Corredentora. He dicho que “este tiempo es nuestro tiempo”, lo cual significa que el Padre y el Hijo quieren en este tiempo enviar al mundo entero a la Corredentora, Mediadora y Abogada”.

    Recordando que la propia Madre de Dios entrega este mensaje a Ida (y a todos nosotros) poco tiempo después de proclamado el cuarto dogma (la Asunción), María coloca en prioridad la importancia de proclamar el quinto dogma como finalización de la misión de la Iglesia respecto de los dogmas Marianos, verdadera Corona de la Reina del Cielo. Ella dijo el 15 de agosto de 1951:

    “Hoy vengo como la Señora de todos los Pueblos. Yo aplasté la serpiente con mi pie. Estoy unida al Hijo, como siempre lo he estado. En la historia de la Iglesia, este dogma (el dogma de la Asunción de la Virgen María al Cielo) ha precedido al nuevo dogma. Como Corredentora, Mediadora y Abogada estoy ahora en este tiempo, nuestro tiempo. El dogma de la Asunción tuvo que precederlo. Vendrá seguidamente el nuevo dogma, el más grande. En este tiempo, el Sacrifico está y estará en el centro del mundo”.

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  4. Cinco cardenales a favor de un Quinto Dogma Mariano

    Piden declarar a María Madre de la Humanidad

    ROMA, miércoles, 13 febrero 2008 (ZENIT.org).- Cinco cardenales han enviado una carta invitando a los purpurados de todo el mundo a unirse a ellos para pedir a Benedicto XVI que declare un quinto dogma mariano que «proclamaría la plena verdad cristiana sobre María».

    El texto, dado a conocer la semana pasada, incluye la petición al Papa de proclamar a María «Madre espiritual de toda la humanidad, corredentora con Jesús Redentor, mediadora de todas las gracias con Jesús único mediador, abogada con Jesucristo en favor del género humano».

    Los firmantes de la carta son cinco de los seis cardenales promotores del simposio internacional sobre la Redención mariana, celebrado en Fátima en 2005: Telesphore Toppo, arzobispo de Ranchi (India); Luis Aponte Martínez, arzobispo emérito de San Juan (Puerto Rico); Varkey Vithayathil, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly (India); Ricardo Vidal, arzobispo de Cebú (Filipinas); Ernesto Corripio y Ahumada, arzobispo emérito de Ciudad de México.

    El cardenal Edouard Gagnon, fallecido en agosto pasado, era el sexto cardenal promotor de la conferencia de 2005. Fue presidente del Consejo Pontificio para la Familia de 1974 a 1990, cuando se retiró.

    El secretariado de los cinco cardenales ha difundido la versión inglesa de la carta, que incluye una traducción y el texto original en latín del «votum», o petición, formulado en 2005 y presentado formalmente al Papa por el cardenal Toppo en 2006.

    «Creemos --afirma la declaración-- que es el momento oportuno para una solemne definición o clarificación sobre la constante enseñanza de la Iglesia respecto a la Madre del Redentor y su cooperación única en la obra de la Redención, así como su papel en la distribución de la gracia y en la intercesión por la familia humana».

    Subrayando las preocupaciones ecuménicas, la petición añade: «Es muy importante [...] que las personas de otras tradiciones religiosas reciban la clarificación, al máximo nivel de auténtica certeza doctrinal que podamos proporcionar, de que la Iglesia católica distingue esencialmente entre el papel de Jesucristo, Redentor divino y humano del mundo, y la única pero secundaria y dependiente participación humana de la Madre de Cristo en la gran obra de la Redención».

    El texto añade que el cambio sería «la máxima expresión de claridad doctrinal al servicio de nuestros hermanos y nuestras hermanas cristianos y no cristianos que no están en comunión con Roma».

    La proclamación del quinto dogma mariano sería un «servicio de clarificación a las otras tradiciones religiosas y un proclamar la plena verdad cristiana sobre María».

    «Esta iniciativa --añade la declaración-- pretende también iniciar un diálogo mundial en profundidad sobre el papel de María en la salvación para nuestra época».

    «Si este esfuerzo resultara coronado por el éxito, una proclamación sería un evento histórico para la Iglesia como quinto dogma mariano definido en su historia bimilenaria», afirman.

    Según el cardenal Aponte Martínez, ha llegado «el momento de la definición papal de la relación de la Madre de Jesús con cada uno de nosotros, sus hijos terrenales, en sus papeles de corredentora, mediadora de todas las gracias y abogada».

    «Proclamar solemnemente a María como madre espiritual de todos los pueblos quiere decir reconocer plenamente y oficialmente sus títulos y por tanto activar, reavivar las funciones espirituales, de intercesión, que ofrecen a la Iglesia para la nueva evangelización y para la humanidad, en la delicada situación mundial que vive actualmente», añade.

    Traducido por Nieves San Martín

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